EL NIÑO…

Esta historia trata sobre un niño del cual no diré su nombre. El era muy buena persona, pero el creía todo lo contrario: que era tonto, obeso y, además, quería que Dios acabase de una vez por todas con su embarga vida porque él pensaba que sus padre se peleaban por su culpa. Cada noche lloraba más y más, lloraba por las noches porque no quería que nadie se diese cuenta de que estaba tan triste.

 

Una noche le dijo a su madre que se encontraba triste. Esa noche le acompañó su madre y por eso durmió perfectamente.

 

Al niño le pusieron un psicólogo y parecía que se encontraba mejor, pero en su interior seguía todo exactamente igual que antes y, además, cada noche lloraba más y más.

 

Hasta que un día se encontraba en su cuarto llorando, como siempre. Se puso a pensar sobre tomar una dura decisión: irse de casa o acabar con su vida. Cerró los ojos, lo pensó bastante y, al final, su decisión fue abandonar este mundo.

 

Cerró los ojos, cogió una gran bocanada de aire y  no la volvió a expulsar.

 

El niño desesperado pataleaba y se movía mucho, hasta que, al final, sin darse cuenta, dejó caer una botella de agua que tenia sobre su mesita de noche. La botella cayó y sonó mucho. La madre, al escuchar el sonido del impacto de la botella, llamó al niño; pero este no contestó. Lo volvió a llamar pero siguió sin contestar. La madre, desesperada, y furiosa porque el niño no contestaba, fue a su habitación y lo vio echado en su cama. No se movía y tampoco respiraba. La madre le tomó el pulso y l tenía muy debilitado además cada vez a menos.

 

La madre, angustiada, llamó al padre para que llamara a una ambulancia. El padre con la velocidad del rayo la llamó.

 

Mientras la ambulancia llegaba la madre le realizaba los primeros auxilios. Tras cinco largos minutos llegó la ambulancia, pero ya no hacía falta…

 

FINAL: 1

 

Porque la madre ya lo había reanimado. Cuando los enfermeros llegaron estaban los tres abrazados y muy alegres. Siguieron con sus vidas, el niño superó la depresión y además, no volvió a tener ninguna más.

 

 

FINAL: 2

 

Porque al niño ya no le latía el corazón, había muerto, la madre y el padre se abrazaron, llorando y desvalidos por la muerte de su hijo.

 

Pasó el tiempo y los padres, poco a poco lo fueron olvidando pero nunca lo olvidaron del todo porque siempre lo tenían en su corazón.

A, y dejes sus comentarios por favor.


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